“Cada uno de los dos dominios escogidos del marco hace referencia a un aspecto distinto de la enseñanza, siguiendo el ciclo total del proceso educativo, desde la planificación y preparación de la enseñanza, la creación de ambientes propicios para el aprendizaje, la enseñanza propiamente tal, hasta la evaluación y la reflexión sobre la propia práctica docente, necesaria para retroalimentar y enriquecer el proceso”.[1]
Explícitamente el 90% de este criterio se cumple en su totalidad ya que el compromiso y la claridad por parte de la educadora son indispensables para ello, ya que se atribuye un gran sentido.
Cada actividad realizada atribuye un interés (puede ser temporal) por parte de los niños y niñas ya que la educadora los hace pensar, buscar actividades de sus propios intereses por medio de sus medios y/o recursos.
Dominio B:
Si se cumplen algún criterio que establece el dominio B y genera las relaciones de respeto con los niños, siendo ella una mujer empática con el grupo curso, por un lado se proporciona a todos oportunidades de participación, favoreciendo la integración e incorporación de preguntas; es acá donde se deja ver que el establecimiento está muy inserto en sus planes y programas determinando que el jardín muy escolarizado cada día más.
Dentro del jardín y en su transcurso diario se puede identificar que no se cumple este clima de respeto por las diferencias de género, ya que entre ellos no se respetan y no hay un clima de cambiar estas diferencias por parte de la educadora; en cambio dentro del aula esto no sucede ya que cada segundo, minuto están ocupados con actividades que facilitan su paso y experiencia a la Educación General Básica.
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